Existe en el monte Abantos un grupo de hayas provenientes de una repoblación del siglo pasado. Son hayas, por lo tanto, de bastante edad y porte. Algunas de ellas monumentales y de las mejores que se pueden ver en la sierra de Guadarrama. Sin embargo, también encontramos hayas mucho más jovenes, lo que demuestra que están totalmente naturalizadas y que se expanden lentamente, a pesar de las masiva presencia de ganado vacuno. Las hayas se encuentran en el camino que sube hasta el puerto de Malagón y, afortunadamente, para la mayoría de la población son totalmente desconocidas.
Un alerce desde el mirador de los Alerces. Hayas y alerces adorman este camino, dando un toque de belleza y singularidad, entre la monotonía de las plantaciones de pinos.
Los alerces, con sus ramas colgantes tan características.
En algunos tramos las hayas dan un aspecto de umbría y frondosidad, más propio de los bosques del norte.
Una de las hayas de mayor porte, espéctacular y sólo comparable con algunas hayas del famoso hayedo de montejo.
Las hayas del Abantos dan un toque singular y especial a esta montaña. A pesar de las hambrientas vacas que pululan por estos lares, muestran una capacidad de regeneración notable, con muchos ejemplares de corta edad. Esto demuestra que en la sierra de Guadarrama la presencia de este árbol podría ser mucho más abundante si la acción del hombre no lo impidiera, ya que el monte Abantos no es precisamente una de las zonas más húmedas y favorables para esta especie en estas montañas.
